Explorar nuevos mundos. Viajar y vivir.

Almas Curiosas
Los seres humanos somos almas curiosas por lo desconocido. Así como necesitamos seguridad, pertenencia, estabilidad, certidumbre y rutina, también necesitamos aventuras, descontrol, asombro, salirnos de nuestras zonas cómodas y esto lo hemos podido conseguir sin tener qué tomar aviones del otro lado del mundo.
Sin embargo hay algo muy especial en pisar tierras que no son nuestro hogar, escuchar otros idiomas, reconocer caras muy distintas a las de nuestro lugar de origen, olores, sabores, explorar el mundo nos hace muy felices por muchas razones, pero principalmente porque nos hace estar presentes, estar aquí y ahora.


Cuando estoy lejos sé que tengo días contados en la ciudad que visito y eso me hace querer aprovecharlos al máximo, mucho más que cuando estoy en una rutina diaria, me hace sentir viva y muy presentes en cada momento.
Hay tantas cosas que damos por sentado, cuando exploro el mundo me reencuentro con la belleza de la naturaleza, de la historia, de la belleza de cada cultura y de cada ser humano que habita.
Explorar me ha acercado a lo lejano, a las sorpresas, me siento aventurera, sin miedos, sin expectativas y todo me asombra.
Explorar el mundo me ha deconstruido una y otra vez, me ha roto, me ha construido de otras miles de formas y me ha expandido y nutrido. Me ha puesto de frente con mis prejuicios y me confronta conmigo misma, con mis creencias y egos.

Cada vez que despega nuestro avión a una nueva aventura, para mí es despedirme de esa versión mía, porque sé que regresaré siendo otra persona.
Explorar ha sido mi mejor escuela, una sacudida de hombros y regreso a la humildad, de reconocerme como un parte del todo, es un alimento para el alma que me nutre y me hace ver la vida con perspectiva, con otros lentes, con amor, compasión, desde adentro y desde afuera.
Viajar y explorar me recuerda vivir, sentir, estar. Me hace recordar que la vida es efímera, que así como el viaje tiene un final, la vida también lo tiene.

¿Cómo puedo traer esta experiencia enriquecedora a mi vida cotidiana?
Elegí desde hace 8 años vivir en un lugar bendecido, rodeado de naturaleza, mar, montañas, cactus, una vida marina de sueño, rutas para rodar mi bicicleta nueva, gente hermosa de la que aprendo cada día, que hablemos el mismo idioma y que nos podamos compartir desde lo más profundo a lo más sencillo y apapachador.


Recorrer mi pequeña ciudad por rutas nuevas, hacer caminos distintos, probar recetas nuevas, ¿A qué lugares llevarías a alguien que está conociendo tu ciudad?
En los días laborales, dedicar tiempo a divertirme, a descansar y rascarme el ombligo, a regalar sonrisas y escuchar las historias de la gente que nos rodea, compartir y compartirnos.
Estar presente, reconocer que somos inciertos, que así como termina un viaje, también el viaje de la vida acaba algún día, no sabemos cuándo, si supiéramos que moriríamos en 3 días, ¿Que cambiaríamos? ¿Cómo viviríamos esos tres días? ¿Qué situaciones de verdad nos molestaríamos o les pondríamos energía? ¿Qué momentos valoraríamos como oro puro? Tal vez decirles a nuestra gente que los amamos, abrazar, besar, disfrutar de los placeres que percibimos con nuestros 5 sentidos, disfrutar de la comida deliciosa que preparamos, darnos un baño de Sol en la mañana, sonreír, dibujar, hacer algún experimento, pasar menos tiempo en las pantallas…
Reconocer que cada ser humano que ha estado, que está y estará, tiene batallas, tiene dudas, miedos, dolores, y también tiene sueños, anhelos, fuerza, amor, compasión, reconocer que no tenemos la verdad ni la razón absoluta, que todos estamos aprendiendo, y cada día preguntarnos, ¿Que legado vamos a dejar en este mundo? ¿Qué semillas vamos a sembrar y cultivar?

Deseo que el viaje de sus vidas esté lleno de sorpresas, de asombro, de amor, que haya menos barreras y más puentes, que contemos menos calorías y más historias, que cada día sientan el calor de un abrazo de corazón a corazón, que se rían hasta llorar, que se sientan orgullosos de las personas que son y que cultivemos compasión por nosotros mismos y por todos los que nos rodean. Qué sintamos paz en el corazón y mariposas en el estómago, que leamos los mejores libros y compartamos las mejores recetas, que compartamos atardeceres, amaneceres, lluvias, calor y luego refrescarnos en el mar.
Como dice mi maestra “Hagamos de nuestra vida la mejor y más hermosa obra de arte”